"No se si exista un siempre, pero si existe y llega, espero que nos encuentre juntos"

miércoles, 13 de agosto de 2008

Reescribiendome 13 (Final)





Andrea y Ricardo volvieron a la Ciudad de México, Ricardo continuó como profesor de Andrea, y ella como su alumna dentro del salón de clases, fuera de él eran una pareja que gozaba de su relación. A partir de aquel beso inició su historia romántica, la cual, dado quien era cada uno fue noticia en los círculos sociales tanto en el país como en el extranjero, gracias a lo que Mariana pudo enterarse de cada detalle tanto del noviazgo, como del compromiso matrimonial y de la fecha y lugar de la boda.

Mariana se sentía contenta por el hecho de que Ricardo fuera feliz, pero al mismo tiempo triste, no por haber perdido a Ricardo, sino quizá por nunca haber aprendido a amar, lo que en ese momento le mantenía sola, con mucho éxito profesional pero sin un alguien para compartirlo y con tantas ganas de poder refugiarse en los brazos de alguien, a quien en ese instante deseo ponerle el rostro de Ricardo. Decidió tomarse un par de días libres, viajó a México, con la firme intención de asistir a la boda religiosa de Ricardo y poder desearle a él y a su esposa felicidad. En el vuelo hacia la Ciudad de México, Mariana comprendió que podía asistir a la ceremonia religiosa, pero que ni ella estaba preparada para enfrentar a Ricardo, ni él se merecía, en caso de no estar preparado, el verla en ese día en especial. Mariana llegó a su hotel en la Ciudad de México, se vistió con vestido negro, se arregló y se dirigió al templo de San Agustín en Polanco. Entró, se persignó y se sentó en una de las bancas de la parte trasera, junto a una mujer que también vestía de negro como ella, desde donde podía observar la ceremonia, que ya había empezado al momento de su llegada. Mariana observó detenidamente a Andrea y se convenció de que Andrea jamás sería capaz de lastimar a Ricardo como ella se había atrevido a hacerlo al abandonarlo. Los ojos se le inundaron de lágrimas al comprender que no había sabido valorar a aquel hombre.

- Los declaro Marido y Mujer… Puede besar a la Novia

Ante aquellas últimas palabras pronunciadas por el párroco, Ricardo besó a Andrea; las risas, los aplausos y los abrazos no se hicieron esperar. Mariana agachó la mirada y murmuró “Se casa el hombre que más amé”. Ante tal sentencia, la mujer que se encontraba sentada a su lado, volteó hacia ella, sorprendiéndole al notar que era ella misma, era también Mariana, sólo que sin ese brillo de tristeza y miedo en la mirada, y con la mas franca sonrisa le dijo “Y que tarde nos dimos cuenta ¿no?” Mariana no pudo más que romperse en llanto lamentando su triste fortuna, mientras que Andrea, Ricardo y todos los invitados abandonaban el templo, dejándola profundamente sola.

Fin

2 comentarios:

Anónimo dijo...

HOLA BETO AUNQUE NO HAYA SEGUIDO LA FRECUENCIA DE TU ESCRITURA DESDE EL PRINCIPIO ME PARECIO MUY EXCELENTE LO POCO QUE LEI, AGRADEZCO A TU PADRE POR TOMARME EN CUENTA Y COMPARTIR TUS LOGROS EN LA VIDA CUIDATE MUCHO TE MANDO UN ABRAZO Y UN BESO ¿ESPERO MI LIBRO Y CON DEDICACION?
S U E R T E

ATENTAMENTE MAGDA

Srita Mayorazgo dijo...

Amor!!
Ese final siempre me rompe el corazón... nada mas triste que darse cuenta de los errores cometidos... quizá al final Mariana aprenda amar y a dejar ir al hombre que mas amó sabiendo que será muy feliz!!
Te mando todo mi amor y te espero en casa!