Por todos

Vengo a hacerte una propuesta: ¿qué opinas si democratizamos la felicidad? Sí, creo que todos tenemos derecho de ser felíces. No importa si eres rico o pobre; hombre o mujer; niño, joven adulto, anciano; si estás enfermo o sano; si eres de esos "normales" de los que parecen ser la mayoría, o si eres de los "normales" que son minoría siendo mayoría. Todos tenemos derecho de ser felíces. Hoy en uno de los Blogs de mis amigos a los que suelo entrar encontré una idea genial. Imagínate si todo el mundo fuera de lujo, si todas las necesidades de todos estuvieran cubiertas... creo que aún así no seríamos felíces. Y es que nuestros egos y apegos nos llevan a siempre querer más. No sabemos a ciencia cierta más de qué, pero estamos seguros de que queremos, necesitamos, merecemos más. ¿y si en vez de más, la respuesta es menos? Sí, en serio. Tuviste hoy el amanecer, despertaste, volviste a renacer el día de hoy. La tradición dice que porque amaneció ayer hoy también tenía que hacerlo, pero ¿y si no? Si hoy no hubieras amanecido habríamos perdido mucho. Simplemente porque estás de pie todos podemos ser un poco más felices. Ser feliz es cuestión de aprender a agradecer, aprender a percatarse de las cosas, aprender a ofrecer lo mucho y lo poco. Quejarse es simplemente no darse cuenta de las cosas. Si en estos momentos tienes razones para quejarte, quizá se deba a que no te has dado cuenta de que en verdad tienes cosas que agradecer. Quejarse llega cuando tienes de qué agradecer, no agradeces, tienes para ofrecer y no ofreces. Cuando no tienes nada que agradecer, cuando en verdad no tienes nada que ofrecer, en ese momento no tendrás ni aliento, ni ánimo para quejarte. Creeme, si me estás leyendo tienes mucho de que agradecer, mucho que ofrecer y mucho porque ser feliz. Entonces tienes la oportunidad de compartir tu dicha con los que en verdad no pueden ni quejarse, y brindarles la oportunidad de al menos tener algo que agradecer.