Sigue nuestro pacto

No importa si amaneces crudo, desvelado, cansado, triste, deprimido hay que dar el día. No importa si no tienes ganas de, hay que dar el día y hacerse responsable de al menos una pequeña parcela de realidad. Por más que tengas muchas ganas de renunciar, de dejarte caer, no lo hagas, sigue adelante, esfuerzate por esa milla extra. No te voy a decir que hay muchas personas que hacen esfuerzos mayores, eso creo que lo sabes bien. No se trata de eso, simplemente de que cuando sientes que ya no puedes, cuando crees que tienes mucho de que quejarte, creeme que es el momento en que no te das cuenta de cuanto tienes que agradecer. Te confieso que yo también pedía que hubiera un terremoto, o una inundación o que ocurriera cualquier cosa y que cerraran la escuela y no tuviera examen... nunca pasó, y a pesar de perder cinco minutos antes de levantarme siempre he encontrado muchas razones para agradecer el haber amanecido, y motivos suficientes para comprometerme con el día. ¿te digo el secreto? generalmente son los demás los que me ayudan a levantarme.