"No se si exista un siempre, pero si existe y llega, espero que nos encuentre juntos"

viernes, 3 de septiembre de 2010

A Saramago y al Charro Negro



A mi esposa


A Pupy


A mis padres, mis hermanos y cuñada (Niko también)


A la "Hillary", a la "Tacher", a la "Rubia misteriosa", a la "Rosachiva", al "Bucles" y demás parientes, conocidos, amigos, enemigos, críticos, lambiscones, comecuandohay, lectores, incluso a aquel cuyo apelativo haría que Sandoval Iñiquez se sonrojara.


Al carnal Marcelo, el "Marce. Al Presidente (el que esté en turno -espurio o legítimo-)


Presente (pasado o futuro incojugable)




Me sobra corazón (al menos el espacio que queda libre ahora que han decidido marcharse), y me faltan letras (muchas de las cuales se llevaron al irse) para repetir las palabras de Federico Reyes Heroles "Querido Germán - José Saramago- ¡pero a quien se le ocurre morirse hoy! Pero que impertinente."








En lo que va del año, he perdido al menos a dos de mis grandes maestros. Uno me enseño acerca de la Ceguera y de la Lucidez, el otro a aprender que en México más vale tener los ojos bien abiertos. Se me adelantaron a un lugar, en done ahora pueden combinar Lisboa y la Ciudad de los Palacios, en donde en este momento no se preocupan por Montiel, ni por Marcial Gacho, ni por Encontrado, ni por el Oftalmólogo, ni por el discurso de Felipe Calderón con motivo del IV Informe de Gobierno.
Me enteré de la noticia de su muerte, en distinto tiempo, y como si el viento de la noche me arrebatara las cobijas, me siento desamparado. Hoy te pediría, Germán, operación cobija, para este pueblo al que dejas sin tus palabras para entender a Manlio Fabio Beltrones y su camarilla multicolor, y a ti, mi Maestro Saramago, para entender que seguimos siendo ciegos que viendo no ven.
Nos quedamos de este lado, donde la vida sigue, donde hoy y mañana quiza toca, en donde esta la balsa de piedra y el memorial del convento, en este viaje del elefante, para decirte que fallaste corazón con la Gaceta del Angel que esperabamos como promesa de una amanecer este viernes, para seguir escribiendo este evangelio según Caín a la sombra del Ángel de "El Oso" Rivas Mercado, en esta ciudad de piedra y flores, cuidada por todos tus baboceadores.
Descansen en Paz

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